domingo, 6 de marzo de 2016

La Timofonia móvil (2ª parte)

Móvil de última generación

Hace ya casi 6 años que escribí “La Timofonía móvil”. Un artículo que entre otras cosas denunciaba esas estafas consentidas que se producen a través de los móviles.
Móviles que cada vez se han vuelto más complejos de usar y con muchas aplicaciones.
La tecnología ha avanzado mucho desde entonces y las principales operadoras se han adaptado a los cambios. Ahora Internet es gratis, las llamadas y los SMS también contratando una de esas tarifas planas que todas las operadoras ofrecen.
Los servicios de atención al cliente, siguen igual o peor si cabe. En algunas ocasiones más que apoyarte se enfrentan contigo como me ocurrió hace no mucho con una operadora: “Hola, soy Noelia de León”, empeñada en defender lo indefendible. La subida de tarifas sin comunicación previa, expresa y fechada de movistar en mayo de 2015. Mi reclamación por escrito no tuvo efecto, se desestimó. Parece que me lo notificaron por escrito pero nunca lo recibí.
Recientemente movistar ha vuelto a subir otra vez sin aviso previo y consentimiento otorgado las tarifas con el argumento de mejoras en los servicios. Así entre agosto de 2014 y febrero de 2016 ha subido 8 euros a los 60 iniciales. ¡Un 13,3%!
¿Cuánto le han subido a usted el sueldo en este período? ¡Ah! Por eso.
Operadoras más importantes
Y los contratos se los pasan por ahí, sí, por ahí. Les tiene sin cuidado el contrato entre dos partes. Van de listos, se les consiente y se ríen de nosotros. Luego con abrir la puerta giratoria y colocar a los excedentes de la política ya han cumplido. O con pagar sueldos millonarios a Urdangarín por no hacer nada. Bueno hacer sí hizo, de las suyas. Ya veremos en que queda el juicio.
La argucia y picardía de las compañías no cesa. Los teléfonos de tarificación adicional como los 902, son de pago aunque tengas tarifa plana. Muchas veces nos vemos obligados a llamar a esos números ante la inexistencia consentida (u ocultación) de números sin coste. Otra patraña consentida para exprimirnos el bolsillo.
Otra, es la de esos SMS de respuesta a una llamada perdida, que nunca has contratado y que en ocasiones también facturan a 0,15 €.
Pero la peor sin duda, son esos llamados SMS Premium, que de una forma torticera te dan de alta sin ser consciente de ello y te empiezan a facturar. Para darte de baja tienes que enviar, eso sí, un mensaje y un texto: BAJAYAVOY_2217, por ejemplo. Pero para el alta basta que toques una tecla, quizás inconscientemente, para que te empiecen a facturar de forma indiscriminada.
Son pocos euros por titular, pero millones de euros los que pasan a engrosar las cuentas de estos sinvergüenzas protegidos.
¿Cuánto facturan estas empresas? ¿A cuántas personas dan empleo? ¿Quiénes son sus propietarios?
Respuestas que sin duda nos aclararían mucho lo aquí expuesto.
Las autoridades lo consienten, las operadoras colaboran y se llevan un tanto por ciento, y la policía y guardia civil no pueden hacer nada sin una orden judicial expresa. Pero ni los fiscales ni los jueces deben de ver en ello una práctica delictiva, aunque el código penal es bastante explícito al respecto:

Código Penal

De las estafas

Artículo 248
1. Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.
2. También se consideran reos de estafa:
a) Los que, con ánimo de lucro y valiéndose de alguna manipulación informática o artificio semejante, consigan una transferencia no consentida de cualquier activo patrimonial en perjuicio de otro.
b) Los que fabricaren, introdujeren, poseyeren o facilitaren programas informáticos específicamente destinados a la comisión de las estafas previstas en este artículo.
c) Los que utilizando tarjetas de crédito o débito, o cheques de viaje, o los datos obrantes en cualquiera de ellos, realicen operaciones de cualquier clase en perjuicio de su titular o de un tercero.

No hace falta interpretar mucho el artículo para darse cuenta que estamos ante una estafa sin paliativos.
En fin, que más se puede decir.

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