sábado, 28 de noviembre de 2015

Escaños y finanzas

Cuarenta partidos se presentaron a las últimas elecciones generales de 2011. Sólo trece de ellos consiguieron representación en el Congreso. Los dos grandes partidos, PP y PSOE, sumaron 296 escaños de 350. Fueron 27 escaños menos que en 2008.
Ahora las encuestas les otorgan muchos escaños menos, unos 225 en el mejor de los casos, un 24% menos. Básicamente perdidos por el PP, tras estos cuatro años de zozobra, improvisaciones y trolas, lideradas por Mariano Rajoy.


El PSOE, cuyo secretario general es Pedro Sánchez, no puede permitirse perder aún más votos y escaños tras el fuerte castigo de 2011. Y más habiendo sido estos años, partido de oposición. Ese es su gran reto: mejorar los resultados de 2011.
La irrupción de Ciudadanos y Podemos, liderados por Albert Rivera y Pablo Iglesias, es la causante de esta nueva hecatombe del llamado bipartidismo. Que en su mejor resultado obtendrían 120 escaños nuevos, a estrenar. Nunca antes habían participado en unas elecciones generales.
Así están las cosas y así las contamos.

Cuentas de resultados. Fuente: PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos. Elaboración: @AdanEsmit

Dos partidos nuevos, jóvenes, que tratan de regenerar la política con nuevas maneras de gobierno, donde la corrupción no tenga cabida.
Dos nuevos partidos cuyas cuentas económicas de 2014, están muy alejadas de las cuentas de los dos grandes partidos. Y que nos hacen reflexionar, en si son tan necesarios esos millonarios presupuestos para la gestión de un partido político. Presupuestos millonarios, que ya en su momento el PSOE pagó caro con la financiación irregular, pero que el PP aún ha mantenido. Desde Naseiro a Bárcenas, ha sido el modus operandi de la formación, ahora en proceso judicial para aclarar las tramas puestas al descubierto estos últimos años -Bárcenas, Gürtel o Púnica, entre otras-. Así cada escaño correspondiente al PP y PSOE, costaría 591 mil euros, de acuerdo con los resultados de 2014. Mientras que Ciudadanos y Podemos no llegarían a los 35 mil euros. ¡Un 94% menos!

Algo falla en nuestro sistema político.

domingo, 8 de noviembre de 2015

10 ideas para ganar las elecciones



El título responde a que entiendo que el partido que de verdad se comprometiera y acometiera estas ideas, que encierran todos nuestros problemas, ganaría las elecciones por goleada. Veamos:
1.- Independencia judicial. Conlleva la desaparición del ministerio de Justicia y la trasferencia de todos sus medios y efectivos al Consejo General del Poder Judicial. Órgano que debería de ser nominado entre los profesionales del sector, con absoluta independencia del Parlamento y del Ejecutivo. Fundamental para la lucha contra la corrupción y la igualdad de todos los españoles ante la ley.
2.- Reformar la ley electoral. El actual sistema de elecciones está viciado. En primer lugar por las circunscripciones que promueven que pequeños partidos nacionalistas alcancen un peso importante en detrimento de otras fuerzas políticas de carácter nacional, como pueden ser UPyD o Izquierda Unida. También las listas cerradas, elaboradas por los partidos, se convierten en una especie de premio, con la consecuente deuda del diputado/a al partido que le nomina. Lo cual roza el absurdo, al ser una voz única, la del partido, entonada por todos al unísono. Hay que ir a un sistema de listas abiertas por unidades provinciales, donde se vote directamente a los distintos candidatos provinciales. Con un mínimo de 2 candidatos por provincia y un máximo de 10, en función del número de habitantes de la provincia. Y admitiéndose también la presentación de candidatos independientes, con un requisito previo de un determinado número de apoyos o avales. Estos a su vez votarían al presidente entre los elegidos.
Al tratarse de una acción voluntaria, los candidatos elegidos, no deben de gozar de ningún privilegio diferente al resto de los ciudadanos: Aforamiento, más allá del desempeño de su cargo, pensiones, tratamiento fiscal, etc.
3.- Refrendar el actual sistema de Estado.- Con independencia de mi percepción de que la monarquía es un sistema fuera de lugar, anacrónico e inútil, la verdadera razón de abrir este debate es recabar la opinión del pueblo soberano. La actual reinstauración, nace del régimen anterior del general Franco, que si tuvo una manifestación democrática entonces, si bien con unos fuertes condicionantes y un gran esfuerzo de consenso por parte de los representantes de partidos republicanos como el PSOE y el Partido Comunista. Amén de otros muchos de ideas más conservadoras o liberales, pero no monárquicos. Por lo que someter esta situación a un nuevo ´referendum´: Monarquía o República, sería lo más sensato y democrático, con visión de futuro.
4.- Reforma del Senado. El Senado es una cámara ´zombie´, refugio de ´viejas glorias´o enchufados sin otro destino. Sin un verdadero contenido político. Aparentemente representan a los distintos territorios del Estado, pero en estos territorios en ocasiones ni han estado, ni se les espera, ni se les conoce. Por ello, la reforma debe de ir vía de que realmente se convierta en la cámara de representación de las diferentes regiones, donde se debatan los temas de carácter territorial y se llegue a acuerdos entre los diferentes territorios sin perder de vista el interés común y general de todos.
5.- Eliminación de los parlamentos autonómicos. Quizás un tema controvertido, pero no es así. El régimen descentralizado, lo que necesita son gobiernos “a pie de calle” no instituciones legislando cada una a su antojo. Para eso en el punto anterior se trata de dar al Senado unas competencias y unas obligaciones para con todos y cada uno de los territorios que componen el Estado. No hay que confundir “un gobierno cercano y eficaz con burocracia próxima e inútil”.  Lo actual es un despilfarro, un absurdo y un pesebre de los partidos para con sus correligionarios.
6.- Reforma del mercado laboral. El mercado laboral formado por empleadores y empleados, es un mercado como todos, de mutuos intereses. Por lo que no puede prevalecer el interés de unos, los más fuertes, en detrimento de otros, los más débiles.
Es decir, la necesidad de tener un trabajo que todos tenemos, como modo de subsistencia, no puede convertirse en el modo de enriquecimiento desenfrenado y sin control que algunos desean. Esa es la labor del Estado y de los agentes sociales: Crear un sistema equilibrado, justo, que proceda a un reparto proporcional de la riqueza generada. Dar al trabajo lo que realmente aporta como valor añadido, junto con los otros factores clásicos de la producción: la tierra y el capital.
7.- Terminar con el fraude fiscal. El fraude fiscal y la economía sumergida, muchas veces se confunden, una da paso a la otra o viceversa. Hoy en día hay medios más que suficientes para acabar radicalmente con esta lacra social, que repercute en el resto de ciudadanos los impuestos que otros no pagan. Ello con independencia de un castigo contundente y ejemplar con estas prácticas.
8.- Sistema educativo. Parece que cada poco tiempo, el sistema educativo falla y se cambia. Convirtiéndolo en una especie de juego. Y no, la educación ni es un juego ni es una doctrina. Es una necesidad básica, que toda nación debe de fomentar entre sus ciudadanos, alejándose de consignas partidistas, ideológicas o religiosas. Muchas matemáticas, literatura, geografía, dibujo, etc. Y también leyes. Hay que difundir el conocimiento de las leyes desde edades tempranas: “Artículo 6.1 del Código Civil: La ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento”. Con esto queda más que justificada su necesaria difusión y enseñanza.
9.- Venta y privatización de las televisiones públicas. Otro pecado capital de nuestro Estado, es la proliferación de cadenas de televisión públicas, cuyo único objeto y final es el adoctrinamiento y propaganda del gobierno de turno, ya sea nacional o autonómico. Todas son deficitarias y se sostienen gracias al presupuesto público. ¡Un escándalo!
10.- Sistema fiscal equilibrado. Parece que ajustar los gastos a los ingresos es una tarea imposible. Imposible porque el déficit y el endeudamiento irracional están ahí, año tras año, sin que se intente ni reducirlo de una forma drástica y definitiva. Y no existe una economía sana mientras estos dos factores no se vean reducidos y anulados. Como mejorar los ingresos es algo que no depende de uno, lo que se debe de acometer es reducir los gastos, adecuarlos a la realidad y hacer desaparecer todos aquellos gastos que no sean vitales, estableciendo al menos plazos y objetivos alcanzables. No se debe de despilfarrar el dinero público creando falsas necesidades u obligaciones.