sábado, 30 de noviembre de 2013

La construcción, un mercado muy imperfecto


La construcción, muchas veces confundida con la promoción inmobiliaria, es también víctima de sus malas prácticas.
De siempre, aunque en los últimos tiempos se acentuó demasiado, los políticos, técnicos y no técnicos, ligados a las obras públicas y en ocasiones a las privadas, han utilizado las mismas para su enriquecimiento personal. Las empresas, cautivas de ese sistema, han condescendido en unas prácticas, que lejos de ser algo accesorio, se ha convertido en un mal, que ha llevado a muchas empresas al cierre. Otras aguantan, cada vez peor, un mercado imperfecto, corrupto y letal.
Es hora de decir basta. Basta ya de bajas obligadas por la necesidad de contratar para mantener la actividad y el empleo. Basta ya de comisiones y prebendas a los responsables de su promoción. Basta ya de alimentar un sistema improductivo y delictivo.
Las AA.PP., conocedoras y promotoras de este sistema, cada vez más voraces, ponen a las empresas en el disparadero, haciéndoles renunciar a la actualización o revisión de precios en sus concursos. Incentivando la baja en las ofertas por encima de límites racionales. No considerando su capacidad, localización, experiencia e historia. Condicionando las ofertas por debajo de los límites de rentabilidad económica. Y poniendo en peligro la supervivencia de un sector estratégico de cualquier sociedad moderna.
Algo que también copian las sociedades privadas, que licitan obras al amparo de ese desmadre del ya escaso mercado, al que se ha llevado a la construcción.
Por ello:
1º) Las empresas -grandes, medianas y pequeñas- no deberían acudir a ninguna licitación con márgenes brutos inferiores al 10%. Una cifra más que modesta en cualquier otra actividad económica.
2º) Las empresas deberían de denunciar cualquier tipo de presión que reconozcan por parte de cualquier responsable de la ejecución de un contrato, que conlleve a cualquier tipo de incentivo ilícito. Basta ya de vividores.
3º) Las empresas deberían de denunciar aquellos proyectos, que en ocasiones se utilizan para la licitación, cuyo contenido, pobre y escaso, no define, valora y diseña correctamente, el bien a construir.
4º) Las empresas deberían de pasar un cargo por el trabajo de licitar una obra, ya
sea pública o privada. Todo presupuesto y estudio conlleva un coste. Algo que es más manifiesto, en el caso de entidades privadas, que hacen una obra cada 10 años.
y,
5º) Hay que convertir la actividad de la construcción en lo que realmente es. Un bien y un servicio para el bienestar de todos, que como cualquier otra actividad empresarial requiere de un lucro para su feliz consecución.

Una actividad sacrificada, difícil y laboriosa, no puede ser el modus vivendi de los corruptos, vagos y maleantes.

domingo, 24 de noviembre de 2013

La Yenka



Corría el año 1964, cuando Johnny and Charley, dos cantantes norte-europeos, lanzaban al mercado su canción “La yenka”, su letra alegre y desenfadada: “izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás, un, dos, tres…..” sigue hoy siendo el referente de nuestro baile político.
Dos mensajes anacrónicos y confusos, tienen a nuestra sociedad dividida.
Los términos izquierda y derecha, dentro de la posición ideológica en la política, datan de la asamblea francesa, poco después de su revolución. Allá por 1791. De una parte, los monárquicos y conservadores, que tomaron asiento en la parte derecha. A la izquierda, se sentaron los jacobinos, que decían representar al pueblo llano.
Desde entonces han pasado más de doscientos años, el mundo ha evolucionado y se ha modernizado de forma sorprendente. En los últimos 50 años, el impulso y desarrollo de múltiples tecnologías, han acercado entre si a países remotos. Las comunicaciones hoy se hacen en tiempo real, por lejos que se esté. La información es cuasi instantánea. La educación y la cultura se han extendido de forma universal, entre los llamados países occidentales. Nada que ver con lo que acaecía entonces.
La política tampoco ha sido ajena a esta evolución, pero curiosamente se siguen manteniendo y acuñando los términos izquierda y derecha como dos ideologías enfrentadas e incompatibles. Como en los peores tiempos de la guerra fría, cuando el mundo tras la segunda gran guerra, se vio dividido en dos grandes bloques. Uno liderado por la U.R.S.S. y otro liderado por EE.UU. Algo que terminó en 1989, con la desmembración de la primera y la caída del muro de Berlín.
En España, los dos partidos que decían ser representantes y herederos de la izquierda, el PSOE y el PCE, giraban bruscamente a posiciones más moderadas y no alejadas de la política capitalista de libre mercado, que había demostrados su eficacia, frente a los ensayos fallidos de la economía centralizada. Así el PSOE, por boca de su entonces secretario general, Felipe González,  renuncia al marxismo como ideología oficial del partido. Mientras, Santiago Carrillo, secretario del PCE, se abrazaba al eurocomunismo, junto a Enrico Berlinger (PCI) y Georges Marchais (PCF) en lo que suponía un rechazo al comunismo desarrollado por la Unión Soviética. Así también, aquella frase de Deng Xiaoping “da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones” cobra un gran significado años después, donde estamos viendo uno de los pocos países abrazados aún a la ideología comunista, como va sustituyendo principios y evolucionando su sociedad, en un mejor acorde con los tiempos que corren.
Hoy, en pleno siglo XXI, no caben más ideologías que las de la eficacia y la honestidad. El resto, no dejan de ser cortinas para taparse las vergüenzas y mantener divididas a las sociedades en provecho de sus propios intereses. Algo que desgraciadamente se ha puesto en evidencia en España. Unos, con la iglesia como estandarte, para robar con más impunidad. Los otros, con la igualdad como bandera, para llevárselo también ´calentito´. Mientras, nosotros discutimos y defendemos que es mejor la derecha que la izquierda o viceversa.
¿Seremos racionales algún día, no permitiendo que nos engañen más?

viernes, 15 de noviembre de 2013

El fiscal enmascarado



Vuelve otra vez “El fiscal enmascarado”, esta vez en Mallorca. De Mallorca a Madrid, de Madrid a Sevilla y de Sevilla a Mallorca. Su movilidad es asombrosa. Ahí donde se le necesita está.

Da igual que sea un asunto de banca, que de partidos, sindicatos o realezas. Siempre presto y preparado para salvar a “las víctimas de la Injusticia”. Ya sean nobles, políticos, banqueros o sindicalistas.

En esta ocasión, vuelve sobre sus pasos para deslegitimar por enésima vez al juez Castro, que ante las nuevas pruebas y evidencias encontradas se encamina a pedir la imputación de la Infanta Cristina de Borbón por segunda vez. Algo que nuestro “fiscal enmascarado” no va a consentir y para ello ya ha presentado un escrito en su defensa.

Antes, tras la desaparición de 23 mil millones de Bankia, tampoco tuvo ningún problema en denunciar al juez instructor, por haber metido en la cárcel, a quien durante 14 años dirigió la entidad y mejor puede explicar que es lo que pasó y como se esfumó el dinero.

También recientemente, se ha enzarzado con la jueza Alaya, responsable de la instrucción del caso ERE, en Andalucía. La imputación de altos cargos de la Junta, era ya algo intolerable.

Tampoco ha visto delito alguno en la destrucción de los discos duros de los ordenadores de Luis Bárcenas.

España, es un país donde la ley es igual para todos. Así, tenemos que condenan a la cárcel a una mujer que se encontró una tarjeta y gastó doscientos euros en comida y pañales para su bebé, mientras que quienes roban millones de euros de dinero público, aprovechándose de la confianza de sus cargos, se encuentran con que “El fiscal enmascarado” actúa en su defensa.

De no ser algo que todos vemos y vivimos, no tendría credibilidad de ser contado.

Es difícil saber donde acabará todo esto, pero sin ser muy pesimista podría decir que mal, seguro. El desprestigio de instituciones y otros organismos es ya lacerante. Y sigue.

Si alguien piensa que el tiempo hará olvidar todo está muy equivocado.


Son muchos casos los que han concurrido en el tiempo, mientras millones de españoles se han quedado sin trabajo, merced de estas prácticas corruptas. Y son millones de españoles también los que pensamos, que esta Casta Política que nos gobierna, es un cáncer que de no extirparse y neutralizarse, nos conducirá a un abismo. Si es que no estamos ya cayendo por el abismo.

Se ha perdido la decencia, la honestidad y el ejemplo de vida. ¿Hasta cuando así?

miércoles, 13 de noviembre de 2013

“El ultimátum” a una huelga anunciada.



Son ya varios días los que llevan de huelga los trabajadores de la limpieza urbana de Madrid. La prensa internacional se ha hecho eco de ello. Otra vez España en el disparadero. Otra vez serios perjuicios económicos que se podían evitar. Otra vez unos gestores municipales que se demuestran ineficaces, incapaces e irresponsables.

Pero todo se resuelve con el ultimátum dado hoy por la alcaldesa a las empresas responsables del servicio. Que para mayor “inri” piensa solucionar con una empresa estatal, Tragsa, que se dedica a trabajos de construcción y forestales.

Toda la responsabilidad la deja caer sobre las empresas. Para nada se plantea una reflexión de por que se ha llegado hasta aquí. Ya ha olvidado sus anuncios de ahorro en los servicios de jardinería y limpieza, que a bombo y platillo anunció hace unos meses. Para ello convocó un concurso y  redactó unos pliegos donde la oferta económica era  determinante. Las empresas, lógicamente, abordaron las condiciones expuestas con una optimización de recursos, humanos y materiales. Para los primeros, no han hecho otra cosa que apoyarse en la nefasta Reforma Laboral  elaborada por el mismo  partido político que la ha designado a ella.

Ana Botella, alcaldesa de Madrid
También culpa a las empresas del incendio de contenedores o el vertido de estos en la vía pública, realizados por “los piquetes informativos”, confundiendo la garantía del Orden Público con la prestación de un servicio. Llegando al extremo de declarar en televisión, una de sus acostumbradas frases sin sentido a las que nos tiene acostumbrados ya: “No se cumplen los servicios mínimos por que hay alguien interesado en reventar la huelga”. ¿Pero reventar la huelga no es justamente lo contrario?. ¿No es obligación de la policía garantizar el orden público y el cumplimiento de la legalidad vigente? ¿O son las empresas las que deben de hacer también la labor de jueces y policía?

Era una huelga anunciada. Se veía venir y de hecho hubo una convocatoria de fechas anteriores que no compartía el sindicato CC.OO. y se llegó a la actual.

Durante ese tiempo de prehuelga, no se hizo nada por evitar la misma. Todos sabemos que al final siempre hay un acuerdo, por que las partes interesadas acercan sus posturas. ¿Por qué entonces se deja que ocurra?

Señora alcaldesa, déjese de amenazas y cumpla con su obligación. Convoque a su concejal, un letrado municipal, a los representantes de empresas y trabajadores, enciérrense en una habitación con agua, café y algún ´sandwich´ y no se levanten hasta que haya un acuerdo satisfactorio para todos. Es lo que al final los ciudadanos, que somos los que pagamos todo, le agradeceremos. Y si no sabe hacer eso, váyase ya.

viernes, 1 de noviembre de 2013

La espantada



Ayer, tuvimos la ocasión de ver uno de los espectáculos más bochornosos que uno pudiera imaginarse.

Diputados salen corriendo del Congreso
Finalizando la sesión del Congreso de los diputados y antes de que se conociera el resultado de la votación, multitud de diputados y diputadas salían a la carrera para no perder ni un minuto más del puente del 1 de Noviembre. No esperaron a que el Presidente del Congreso, Jesús Mª Posada, levantara la sesión, no. Aunque este tampoco puso mucha objeción a “la estampida”.

Solo había 301 diputados/as, 49 habían declinado ir a la sesión por una u otra razón. Casi un 15% de absentismo, justificado o no. Todo un record. Se votaba una reforma sobre las pensiones, algo que debía de ser baladí, como tantas otras cosas, para nuestros ilustres y electos diputados.

Yo no me imagino a los miembros de un consejo de administración de cualquier empresa en una situación parecida. Creo que se toman su trabajo con una mayor responsabilidad e interés, porque en la mayoría de los casos es su propio interés.

Una actitud así viene a corroborar lo que mucho tiempo ya venimos sospechando y padeciendo. Que nuestros políticos, lejos de mirar por el interés general de los ciudadanos, sólo piensan en ellos y sus cambalaches, de forma que la situación general del país, penosa, es obra y gracia de ese colectivo conocido ya como “La Casta”.

¿Hasta cuando seguiremos los españoles aguantando esta lacra?