sábado, 5 de octubre de 2013

El caso Malaya y …tal y tal



Uno de los mayores casos, pero no el único, de corrupción urbanística ha sido ya enjuiciado y sentenciado. La conclusión es que robar desde un puesto político es más que rentable.
Un turbio asunto que llevó al gobierno a tener que intervenir el ayuntamiento de Marbella (2006) y nombrar una comisión gestora, ha terminado con penas de prisión, que algunos/as de los acusados han celebrado con alegría. Y es que no es para menos. Con el dinero a buen recaudo, una breve o ninguna estancia en la cárcel, “el beneficio obtenido bien vale una condena”. Es lo que tenemos.
Recientes sentencias de nuestros tribunales de Justicia, así lo corroboran. El exministro y expresidente autonómico Jaume Matas es otro de los beneficiados de esta benevolencia judicial en el que se ha convertido el saqueo de las arcas públicas por parte de algunos políticos. También ahora estamos asistiendo al juicio contra Carlos Fabra, donde la altivez y seguridad del acusado pone en entredicho al tribunal. ¿Conocerá ya su sentencia?
Mientras, los españoles de a pie vemos disminuir día a día nuestra capacidad económica, la destrucción de empleo, la pérdida de derechos, el recorte de las pensiones, el encarecimiento de bienes y servicios básicos, sin que se haya visto ni una sola medida que ataje el despilfarro del Estado y sus entes autonómicos. Poniendo delante de nuestros ojos un futuro preocupante y de sombras muy negras ¿hasta cuando?
Volviendo al caso Malaya. Se han requerido casi 8 años para celebrar un juicio sobre algo cuyas evidencias y pruebas eran más que notorias. Miles y miles de folios para instruirlo. Y miles de folios para redactar una sentencia benévola, poco punitiva y nada ejemplar. Algo que empezó con el ya fallecido Jesús Gil (1933-2004), cuando fue nombrado alcalde de Marbella, allá por 1991, y que sus correligionarios explotaron bien explotado tras ser este condenado a finales de los 90 por diversos delitos realizados al amparo de su cargo.
En la actualidad, tenemos casos pendientes de juicio como son Urdangarín, Bárcenas, Gürtel o Eres, que todo hace apuntar que serán tratado con la misma benevolencia vista hasta la fecha.
¿Es este el modelo de Justicia y la ejemplaridad que dicha institución proclama?

1 comentario:

  1. Mucho ruido y pocas nueces. Que barbaridad, que penas ridículas. Supongo que Su Señoría Torres Segura pasará a la historia por este caso y por eso. Da verguenza ajena.

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