sábado, 27 de octubre de 2012

La Economía Financiera


Como el monstruo de Frankenstein, la economía financiera nació como un deseo de crear o dar vida propia a la economía. Pero al igual que en la novela se utiliza el cerebro de un criminal para el experimento, en el desarrollo de la economía financiera se inculca el pecado de la avaricia y el error de la codicia. El resultado a la vista está. 
En términos más académicos, podríamos definir la economía financiera como “el conjunto de conocimientos técnicos, jurídicos y sociales que aplicados  con permisividad de las autoridades, en fraude de ley, proporcionan cuantiosos beneficios a unos pocos desalmados en detrimento de una gran mayoría”.
De aquellos bancos iniciales, que captaban depósitos de sus clientes, los custodiaban y a su vez prestaban a otros clientes solventes, necesitados de liquidez para inversiones productivas, en un proceso totalmente coherente que actuaba de motor de la economía, hemos llegado a una situación donde el valor aportado al servicio de la economía es negativo, ya que distrae rentas de una forma extraordinaria.
La intermediación financiera no es un fin en si misma si no contribuye a la actividad productiva y comercial de los sectores reales.
VOLUMEN DE TRANSACCIONES EN LA BOLSA ESPAÑOLA
Hoy el sistema financiero está sobredimensionado, lo que afecta negativamente al desarrollo económico al suponer una parte importante del Producto Interior Bruto. El volumen de transacciones es exorbitante, sin que ello suponga una mayor eficiencia en la formación de precios ni un mejor reparto del riesgo.
Paul Samuelson (1915-2009), Nóbel de Economía en 1970, llegó a sugerir que el 80% de las transacciones eran un despilfarro. Al mismo tiempo, los beneficios del sector financiero han crecido de forma exponencial en las últimas décadas.
En los últimos 20 años las transacciones diarias en los mercados organizados de petróleo, se han multiplicado por diez en relación al volumen de producción, según Adair Turner (Financial Services Authority).
Joseph Stiglitz (1943- ), también Premio Nóbel y conocido por su visión crítica de la globalización, formuló que en la década de los 90, el “boom” financiero había trastornado el necesario equilibrio entre ´Wall Street´, el comercio, la industria, las nuevas tecnologías y los trabajadores.
Según el Índice de Profundidad Financiera del McKinsey Global Institute, el porcentaje de la suma de activos financieros respecto del Producto Interior Bruto, pasa desde el 109% al 346% entre 1980 y 2006.
Así, la globalización financiera ha estado apoyada en la liberalización y en el avance tecnológico para el tratamiento y difusión de la información. Desarrollo que se ha producido en el marco de los principios e instituciones de los países anglosajones. Con Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de EE.UU. entre 1987 y 2006, como uno de sus máximos exponentes.
A partir de un cierto nivel la deuda perjudica el crecimiento, olvidándonos que esta va de la mano del progreso y no a la inversa.
Parafraseando a J.M. Keynes en 1932 “..Los deudores son solamente honorables en los países en los que los acreedores son razonables” o como también dice J. Stiglitz, más recientemente, podíamos concluir que “La gente no comemos finanzas”. Y es que "No aprendemos".


Datos y citas extractados de ´Sistema financiero y productividad económica´ de I.A.E.S. Antonio Torrero de la Universidad de Alcalá (Junio-2012)
 

2 comentarios:

  1. Cómo todo en la vida, cualquier exceso es letal a ojos vista. La economía mundial no está en recesión sino en plena descomposición, pues era un organismo vivo que, en base a los enormes atracones que se ha dado, se ha muerto y empieza a pudrirse. Aún así, siempre habrá quien saque buen provecho de todo ese desmadre.

    un saludazo.

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  2. En cuanto a la deuda, mientras no se demuestre que aqui hay una democracia participativa y el personal ha estado de acuerdo en asumir deudas, los españoles no tienen por qué asumir lo que no han refrendado. Y no cabe decir que con el voto es suficiente porque estonces se está evidenciando, no una democracia participativa, sino una dictadura permisiva que es lo que tenemos.

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