sábado, 10 de marzo de 2012

¡Es el precio, estúpido!

Desde que estalló la crisis, hemos oído diferentes causas para justificar su origen. También muchas y diversas medidas para solucionarla. Pero nunca he oído o leído ninguna que citase y considerase los precios. Ni como causa, ni como solución.
Y son los precios los que recogen todas las causas y también todas las soluciones. El alto precio de la vivienda, el bajo precio del dinero, el precio del petróleo, el precio del euro, del dólar o del yen, el precio de…
Sí, el precio de un bien o servicio se fija en base a determinados factores que intervienen en su fabricación o preparación. Con ello se establece un potencial beneficio del mismo y por consiguiente el beneficio agregado de una empresa.
Si como ocurre actualmente, estos precios no tienen una mínima regulación y se deja al teórico mercado – oferta y demanda- que valore la idoneidad del precio fijado, nos encontramos con un auténtico libertinaje en materia de formación de precios, que conlleva enormes abusos. Que da lugar al desarrollo imparable de la insana e injusta codicia humana, que no ve nunca un límite para sus ganancias, aunque ello conlleve el empobrecimiento del resto.
Actualmente se han tomado algunas medidas de índole laboral, salarial, impositivo, financiero, presupuestario, etc. Pero ni una sola medida encaminada a tener un control de los precios, que a la vista de los resultados que hemos obtenido a lo largo de la historia económica, se empieza a hacer algo más que necesario. Hay que fijar bandas de fluctuación ajustadas para la determinación de precios y el que no pueda fabricar y/o vender a esos precios debe de cambiar de oficio y dedicarse a otra cosa menos dañina para la sociedad. El precio y el beneficio, deben de tener una regulación consecuente y lógica con el esfuerzo y el valor añadidos.
No se trata de intervenir los precios sino de impedir el libertinaje de los mismos.

3 comentarios:

  1. En mi opinión, ninguna experiencia de regulación de precios ha funcionado. Todas las que se hacen manipulan y pervierten la situación. Cuando el gobierno entra en algún sector, siempre lo acaba destrozando todo. Miremos al campo, a la pesca, a la mineria...desastres.

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  2. La regulación de precios por parte del estado, como en general cualquier ámbito relacionado con la libertad, suele tener unos resultados desastrosos y nefastos. Nunca, nunca, una regulación fuerte ha funcionado; y las regulaciones débiles acaban siendo eliminadas en el largo plazo ya que siempre el mercados es más eficiente. Hasta la URRS en 1921 tuvo que permitir a cierta escala una desregulación o apertura de mercados para evitar el colapso de los elementos más esenciales de la cadena económica; o el ejemplo más cercano de China.

    El libre mercado no nos ha llevado a la actual crisis financiera porque nunca ha existido verdaderamente, ya que las políticas monetarias controladas por los estados a través de bancos centrales marionetas han falseado los mercados. ¿Cómo puede ser libre un mercado cuando el dinero, está sometido a las decisiones políticas de turno? Las entidades financieras mundiales han sido alentadas, sino obligadas debido el efecto negativo de no tomar una postura idéntica a la de la competencia, a tomar ingentes cantidades de dinero fabricado por los estados para apalancarse en ratios 50 a 1 o incluso hasta 100 a 1.

    Si el mercado hubiera sido realmente libre, ninguna entidad financiera privada hubiera corrido semejantes riesgos, máxime porque tampoco debería existir ningún mecanismo de rescate como el que se aplicó a Lehman Brothers, Northern Rock o Bankia.

    Un mercado libre y una moneda sana (no dinero fiduciario, como el que llevamos en los bolsillos) evitan e incluso corrigen decisiones erróneas de asignación de recursos. Hasta la asignación errónea de recursos -monetarios en primer término- se puede y debe trazar el origen de la profunda crisis global que se sufre actualmente.

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    1. No se trata de regular los precios, algo en lo que estoy de acuerdo no se debe de hacer. Se trata de evitar el libertinaje de los mismos. En la economía diaria, real y productiva, se esconden algunas prácticas que rozan el delito. La libérrima fijación de precios las permite. Una de las formas y hoy hay medios para ello, sería la de marcar en los productos y servicios los precios máximos y mínimos que se están dando en el mercado, así como la introducción de códigos de colores(p.ej. verde-ámbar-rojo) que alerten de que el citado bien se está vendiendo en la banda baja, media o alta. Además clasificar también los comercios con idénticos códigos. Entonces el usuario o consumidor acude a sabiendas de lo que se va a encontrar, en un pleno ejercicio de libertad de mercado. No es tan difícil y ayudaría mucho a una economía más sostenible y eficiente.
      Un saludo.

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