lunes, 10 de octubre de 2011

El automóvil, la economía y la política.

Allá por los años 60, el coche era un signo externo de “status”. El mítico Seat 600, era el sueño de muchas familias de la entonces clase media. Ya en los 70, se popularizó y su adquisición fue asequible para gran parte de la entonces población activa. A partir de, pasó a convertirse en una necesidad más que en un gasto suntuario. Pero es realmente en la década de los ochenta, cuando tuvo el primer gran impulso. Así en 1982, de 296 vehículos por cada mil habitantes, pasamos a 404 en 1990. Desde entonces la cifra ha llegado a 673 a finales de 2009.
El sector de la automoción, es un sector importante dentro de la economía industrial en España, tanto por su nivel de producción, como por el volumen de empleo que genera así como de las exportaciones manufactureras españolas.
Ha sido un sector que se ha destacado por su I+D+I, ofreciendo siempre mejoras innovadoras y reduciendo el nivel de esfuerzo económico para acceder a sus productos. Pero ello no le ha servido para capear esta crisis financiera y real, que estamos pasando.

Si observamos el gráfico de matriculaciones, veremos que desde los máximos de 2007 (1.614.835 uds.) hemos caído casi un 40% en 2010. Este año, no se presenta mejor. El parque automovilístico envejece, causa alarma, pero no hay dinero. Ha sido víctima también de la “burbuja inmobiliaria”. Pero con la curiosidad, de que los llamados vehículos de lujo, si han crecido. Otra prueba más de que algo no funciona bien, en este querido país.
Si volvemos al gráfico, podemos analizar el comportamiento de nuestra economía, creo yo de una forma objetiva y muy aproximada a lo que de verdad es la economía doméstica. La que nos interesa, no otra.
Así, podemos distinguir 6 períodos:
Uno inicial, que coincide con la transición política, de lateralidad bajista, entre 1972 y 1984.
Un segundo período entre 1984 y 1989 de fuerte crecimiento, que coincide con la consolidación de nuestro régimen democrático recién estrenado.
El tercer período, que va desde 1989 a 1993, hay una primera y fuerte caída, que coincide con la 1ª crisis de nuestra democracia.
Entre 1993 y 1999 se produce un fuerte crecimiento, otra vez, que adelanta un período de crecimiento más moderado, pero constante hasta 2007.
En 2007, el año fatídico, que se produce una brusca caída hasta nuestros días, que de momento no ve final.

Corolario: Los gobiernos deberían de poner más atención a sectores de gran importancia económica, que lo han hecho muy bien y no estar tan pendientes de si quiebra o no una Caja de ahorros, que lo ha hecho muy mal y no merece su pervivencia, sino un castigo.

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