domingo, 7 de agosto de 2011

Una semana para olvidar

Interrumpo mi serie “Las cuentas del Gran Capitán”, aunque ya tenía preparado el segundo post, dedicado a las empresas energéticas.
Los acontecimientos tan extraordinarios de esta semana, que empezamos con la patética y anecdótica negociación entre republicanos y demócratas de EE.UU. para aumentar el límite de la deuda y el recorte de gastos. ¡Qué sí, que no, que después sí, pero qué no…..y al final sí! Vamos, ni Enrique Jardiel Poncela, se hubiera montado un vodevil así.
Los mercados recibieron con agrado tal desenlace, para inmediatamente penalizarlo duramente. Luego, la tan esperada comparecencia del “mago” Trichet el pasado jueves, acabó igual. Reacción al alza de los mercados y nuevo batacazo. Nos quedaba la no menos esperada cifra del desempleo en EE.UU, tres cuartas partes de lo mismo. Buen dato, mejor de lo esperado, alegría inicial y otro batacazo.
Zapatero, se va a Doñana pero vuelve para volver a irse. Rajoy, sigue de vacaciones para no alarmar más. Ángela Merkel por los Alpes y el Dax alemán camino de la fosa de Las Marianas. Sarkozy, nervioso. Berlusconi, impávido. Obama, desaparecido en un burger. Los teléfonos arden. Los mercados cierran los futuros con alzas y S&P responde con la rebaja entonces del rating de EE.UU. de AAA a AA+ y Hu Jintao, enfadado. Nos espera un lunes inquietante. El abismo se presenta a nuestros pies.
¿Qué nos deparará esta segunda semana de agosto?
Algunos analistas siguen empeñados con el desenlace de la crisis de 1929, que tres años después se recrudeció, para luego desembocar en una gran guerra.
Niño Becerra, en un periódico nos anuncia este sábado el final de una era.
O sea, tenemos todos los ingredientes para un rebote histórico, en Agosto, mes de extraños avances y retrocesos.
¡Felices vacaciones!

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