¡Qué historia más bonita! Y cuántos enemigos tiene. Esto es lo que más me llama la atención. Si Jesús, solo deja enseñanzas y mensajes de Amor, Paz, Fraternidad, ¿por qué ese deseo de cuestionar su obra?. Si su obra es todo bien. No se trata de creerse o no esta historia, se trata de aprender y practicar su mensaje, bueno para todos.
Recordaréis esa campaña publicitaria, que hace tiempo decía: “Probablemente Dios no existe”. ¿A que incitaba? Sencillo, debilitar nuestra buena conciencia y reforzar la mala. Es decir, hacer el mal en lugar del bien. Dar rienda suelta a nuestros peores instintos. Ver a nuestros semejantes y lo que nos rodea, no como hermanos o compañeros de viaje, sino como artilugios a nuestro servicio. Esta es la base o el concepto de esos personajes codiciosos, sin conciencia ni humanidad, que ven en el dinero su único fin y objeto de la vida. O sea, el materialismo a la enésima potencia. El fin justifica los medios. Y el fin somos nosotros. Nuestra sociedad, desgraciadamente, esta montada y organizada en el valor inmediato y material. Esto que en un principio parece lo mejor, al final resulta ser lo peor. La ambición desmedida, la avaricia sin límites, la codicia insana y el desprecio a nuestros semejantes, nos lleva a una infelicidad perenne, a no encontrar nunca la meta ni el final de nuestro camino.
Por todo eso, me quedo con la Historia Maravillosa. Ese cuento, que solo lanza mensajes de bondad y de amor.
¡Qué más da que no fuese exactamente así!
¡Feliz Navidad y Buena Suerte!